El ascensor es ya un elemento más de nuestro entorno. Pocos son los edificios que no cuentan con un elevador para hacer más cómoda la vida de sus vecinos. Pero ello trae consigo un gasto extra que muchas comunidades miran con lupa para evitar que la factura se les vaya de las manos. ¿En qué detalles podemos ahorrar en nuestros gastos de ascensor?
Vamos a comenzar chequeando la partida más abultada que es la de la energía eléctrica y la línea telefónica que ya todos los ascensores incorporan. Es importante hacer un estudio de la potencia eléctrica instalada en la comunidad y comprobar si está sobredimensionada, para solicitar reducirla si fuera su caso. Podemos añadir mejoras automatizadas como el apagado automático de luces o las optimizaciones de la maquinaria, que ahorrarán energía. Hacer una comparativa de las compañías eléctricas y sus precios o intentar renegociar la que tengamos contratada también es un buen camino hacia el ahorro. El cambio de las luces de la cabina del ascensor por unas de bajo consumo, siendo las más indicadas las modernas lámparas LED, también va a repercutir en nuestra factura.
La línea telefónica de asistencia también se puede renegociar con la compañía de teléfonos, o montarla sobre una línea de móvil si está sobre una fija. Si tenemos varios ascensores en uno o varios portales del mismo edificio, nos debemos plantear instalar una misma línea para varios de ellos, ya que ello se va a traducir en ahorro.
Otro aspecto a estudiar es el contrato de mantenimiento que puede ser escogido con libertad por la comunidad y que no tiene que estar necesariamente ligado al fabricante. Si la promotora ya pactó uno no tenemos porqué asumirlo, sobre todo si es a largo plazo y sus cláusulas no son en nada beneficiosas para la comunidad. Estudiemos como revocarlo. Busquemos contratos con plazos cortos que nos permitan ir buscando en cada momento el más adecuado. Pero cuidado con los riesgos que asumimos si las bajadas de la cuota son temerarias. No queremos tener un problema y quedarnos sin la necesaria cobertura. Si nuestra empresa realiza incumplimientos de su trabajo debemos notificarlos por burofax para que exista constancia del incumplimiento contractual y poder reclamar los daños que ello nos haya podido causar económicamente y rescindir el contrato sin penalizaciones. Los expertos apuntan a que no es recomendable que los contratos de mantenimiento sean de más de 2 años, aunque la forma de reducir el coste se basa en contratar plazos más largos, siempre valorando bien las ofertas y leyendo la letra pequeña para evitar sorpresas.