Tan solo con una estimación aproximada de las cifras oficiales se puede asegurar que la décima parte de los ciudadanos tienen dificultades de movilidad. Lo que justifica sobradamente la adaptación de los edificios públicos, viviendas y empresas para mejorar el acceso de las personas con movilidad reducida. Las orugas subeescaleras suponen una mínima inversión, no requiere de obras y sin duda contribuyen a facilitar el acceso de personas en sillas de ruedas a los edificios con tramos de escaleras.
La ley de 1995 obliga a la eliminación de barreras arquitectónicas. Sin embargo, más de 20 años después es fácil constatar que no todos los edificios cuentan con un acceso adecuado para entrar con sillas de rueda. Las escaleras suponen un problema añadido al que deben hacer frente comunidades de vecinos, empresas y edificios de instituciones públicas.
Una de las primeras medidas que se ocurren cuando se trata de salvar tramos de escaleras es la instalación de un ascensor. Si bien las características de los edificios no siempre lo aconsejan. Pues es necesario contar con espacio suficiente y su coste puede ser de difícil asimilación para las comunidades. A lo que se suman los criterios de conservación de edificios antiguos o emblemáticos que hacen del todo descartable la instalación de elementos fijos para ayudar a subir las escaleras.
En estos casos es cuando se hace recomendable la utilización de orugas salvaescaleras, pues no necesitan de obra, son totalmente seguras y permiten subir y bajar a una persona en una silla de ruedas por cualquier tipo de escalera.
Las orugas subeescaleras requieren de la participación de una persona que maneje el equipo. Constituyendo una solución adecuada para los problemas de movilidad y para cumplir con la ley en materia de arquitectura y eliminación de barrera. Las orugas subeescaleras disponen de gran potencia y mecanismos de seguridad. Además de ser equipos autónomos que no requieren de instalación alguna. Tan solo es necesario que la colaboración de un acompañante y la utilización de una silla de ruedas para facilitar el ascenso o descenso por cualquier tipo de tramo de escaleras.
Su fuente de alimentación eléctrica hace que el equipo sea totalmente limpio y silencioso. Siendo su utilización especialmente recomendable en edificios de arquitectura protegida, tramos de escaleras estrechos y allí donde otros equipos de salvaescaleras no puedan ser instalados por dificultades de espacio.