Un elevador o ascensor es un sistema de transporte vertical encargado de transportar personas o bienes de un nivel a otro de un edificio, es decir, sube o baja a las personas de una planta a otra. Hay ascensores de varios tipos, pero los más usados son los electromecánicos que son los más convencionales y los hidráulicos, los cuales son más modernos. Cada uno de ellos tiene sus ventajas y sus inconvenientes y habrá que decidir si montar uno u otro según el uso que se le vaya a dar. Vamos a destacar las ventajas y desventajas de ambos tipos de ascensores.
- Los elevadores hidráulicos tienen como principal diferencia con los convencionales su accionamiento. Los eléctricos o convencionales solo precisan de un motor eléctrico para arrancar, el cual es accionado tanto en subida como en la bajada. Los hidráulicos precisan además del motor, de una bomba para impulsar el aceite, que solo es accionado en los trayectos de subida, al bajar, baja mediante la acción de la gravedad por su propio peso.
- Hace años los ascensores electromecánicos eran más ruidosos y bruscos en las paradas, mientas que los hidráulicos lo eran menos, aunque precisaban de una mayor potencia. Hoy en día estas diferencias se han reducido e incluso los ascensores convencionales pueden llegar a ser menos ruidosos que los hidráulicos.
- Los elevadores hidráulicos se adaptan más a espacios pequeños que los convencionales y además se localiza mejor la sala de máquinas. Aunque hoy en día los ascensores convencionales son capaces de adaptarse también a espacios pequeños.
Como vemos, las diferencias entre un ascensor hidráulico y uno convencional se daban con mayor notoriedad hace unos 10 años, hoy en día, tanto el hidráulico como el convencional son dos ascensores equiparables en ventajas, y la instalación de uno u otro depende del uso que se le vaya a dar y la capacidad que queramos que tenga.