Realmente cualquier persona preguntada sobre las diferencias entre un elevador y un ascensor puede responder que son la misma cosa. Y una parte de verdad tiene, sin embargo, no es exactamente lo mismo un elevador para personas que un ascensor. Sus diferencias radican en cuestiones técnicas, pero también en los programas de mantenimiento, gasto energético y velocidad de desplazamiento.
Para hacernos una idea rápida podemos decir que los ascensores utilizan un sistema de poleas y contrapesos para su desplazamiento horizontal. Son las cabinas utilizadas en los edificios más altos y también las primeras que se impusieron en el mercado allá por el siglo XIX.
Por su parte, un elevador de personas es una evolución del ascensor que permite por ejemplo disfrutar de la panorámica mientras se asciende. Estos equipos se instalan en viviendas de dos o tres plantas gracias a que se reduce el espacio necesario para la instalación del elevador y su coste y mantenimiento suele ser inferior.
Cuestión de velocidad y algo más
En un ascensor tradicional el sistema cuenta con una serie de poleas sobre las que discurren los cables. Estos cables se anclan por un lado a la cabina del ascensor por su parte superior, y por el otro extremo cuelgan los contrapesos. El objetivo es compensar el peso de la cabina equiparándolo con los contrapesos, de forma que el trabajo de los motores es menor. Una ventaja de este sistema es que los ascensores son más veloces que los elevadores de personas. En las grandes torres construidas en París o Dubai se han instalado algunos de los ascensores más rápidos del mundo (más de 10 metros por segundo).
Los elevadores son más modestos en cuanto a velocidad, pero también requieren de menor espacio y ofrecen otras posibilidades como cabinas panorámicas. La razón por la que muchas empresas y propietarios de viviendas optan por los elevadores suele estar en que están sometidos a un menor régimen de mantenimiento y ahorran energía en el descenso.
Los sistemas utilizados en los elevadores de personas suelen ser hidráulicos. Esto implica que en los descensos no consumen energía. De hecho, los más eficientes son capaces de producir energía en el descenso de la cabina.
La próxima vez que utilice un ascensor piense que quizás no sea tal, sino un elevador de personas. Fíjese en la velocidad de ascenso y en lo silencioso del sistema. Y si tiene ocasión, disfrute de las vistas panorámicas.